
Keith Moon’s f...
224 Tokyngton Avenue, Wembley, R...
Dartford es una ciudad que pertenece al condado de Kent. Kent se encuentra al sureste de Londres. Y su estación de trenes merece ser mencionada por un hecho ocurrido allí, de inmensa importancia en la historia del Rock Mundial. El mismo sucedió de la manera más fortuita, el 17 de octubre de 1961. Ese día se volvieron a encontrar Mick Jagger y Keith Richards, quienes no se reconocieron inmediatamente pese a haber compartido escuela primaria diez años antes. (Ver http://www.telegraph.co.uk/culture/music/music-news/9230518/First-pictures-of-Mick-Jagger-and-Keith-Richards-at-primary-school-before-Rolling-Stones.html)
Mientras esperaba su tren en el anden de la estación, a Keith –que llevaba uno de sus discos de Chuck Berry y pensaba que era el único fan del músico en varias millas a la redonda–se le acercó un sorprendido Mick, también admirador del mítico estadounidense. El mito contaba que la cosa era al revés: que Jagger era quién llevaba el o los discos y que Keith llevaba su guitarra y, al verlo, se le acercó. Una carta escrita en 1962 por este último, aparecida pocos años atrás, confirma lo que pasó realmente. (Ver http://ultimateclassicrock.com/letter-describing-the-meeting-of-keith-richards-and-mick-jagger-unearthed/ o http://www.huffingtonpost.com/2012/04/12/keith-richards-1962-letter_n_1421071.html).
En 2015, una placa fue puesta en ese sitio por el Dartford Borough Council, recordando el fundamental reencuentro de los que serían los compositores de los grandes éxitos de The Rolling Stones.
Aunque la placa puesta originalmente informa algo que no es del todo correcto y que motivó la queja de otro Stone, Bill Wyman. La misma dice que allí se encontraron Mick y Keith y que eso hizo que se formara la banda. Bill se quejó diciendo que el verdadero creador de los Stones fue Brian Jones –incluso el pianista Ian Stewart podría haber sido nombrado– y que esa placa no representaba la realidad histórica. Desde el borough dijeron que la idea es que todos estén felices y que en algún momento cambiarían la placa por otra mejor redactada.
Lo que es certero es que esta estación fue el punto de reencuentro de un par de adolescentes que, de haber llegado alguno de los dos un poco más tarde al andén y tomado el siguiente tren, quizás sí hubieran existido los Stones pero no las enormes canciones firmadas por Jagger & Richards.